El pueblo venezolano está sacudido por una crisis sin
precedentes históricos. Cómo es posible que con un gobierno que en 18 años ha
manejado un 1.5 billones de bolívares, lo que equivale a un billón y medio de millones
de dólares. Hoy nos encontremos con un déficit de 90% de medicinas; y lo cual
se refleja en la forma como están vacios los estantes de las farmacias; y
medicamentos como Salbutan para la próstata, Sinemet para el mal de Parkinson,
o Valsatan y Losartán potásico para la hipertensión arterial y Glucofaje para
la diabetes. Toda una tragedia con las medicinas.
Los salarios y bono de alimentación apenas llegan a los
Bs. 250.351 (doscientos cincuenta mil trescientos cincuenta y un bolívares);
mientras la canasta alimentaria sobrepasa el millón de bolívares. Salarios de hambre.
La informaciones de voceros gubernamentales es que la
pobreza extrema es de apenas 4.4%; mientras estudios serios realizados por
Universidades públicas y privadas indican que la pobreza en Venezuela se ha
incrementado en un 75%; lo cual significa que unos 23 millones de venezolanos
tienen dificultades para alimentarse a partir del ingreso; indicativos de que
la pobreza extrema es mayor que la no extrema.
Este régimen presidido por Maduro ha resultado una
fábrica de pobres, como consecuencia del aumento de flagelos como la desnutrición
en niños y adultos; al extremo que se producen muertes infantiles como
consecuencia de la desnutrición; al tiempo que se observa como los adultos
han bajado considerablemente de peso, incluso
con pérdida de masa muscular. Lo que evidencia que sin lugar a dudas el hambre está
presente en nuestros hogares.
Organismos especializados y reconocidos economistas
afirman que hoy la inflación ronda el 800%, con la proyección hacia el 2.000%. Razón
por la cual los costos de bienes y servicios cambian diariamente; golpeando aún
más el ingreso familiar.
Así observamos un parque industrial nacional destruido, y
no se cuenta con las divisas necesarias para la importancia de materia prima, esto
evidencia que estamos a las puertas de una catástrofe nacional.
Mientras el pueblo sufre de desempleo y hambre, el
gobierno a nivel de su cúpula, tiene serias contradicciones. La libertad de
Leopoldo López ha dejado entre ver descontentos en algunos personeros del alto
gobierno como Iris Varela y Diosdado Cabello. Así mismo el hecho de que la Fiscal
Luisa Ortega Díaz, hoy esté al lado de la Constitución ha provocado un
desequilibrio en la “unidad” del gobierno y la confrontación de los
representantes del denominado “Chavismo Critico” como Giordani, Héctor Navarro,
Ana Elisa Osorio, Gabriela Ramírez, Nimer Evans, los integrantes de Aporrea,
los diputados Germán Ferrer y Eustoquio Contreras.
Así hemos notado que durante los últimos eventos
electorales se han movido millones de electores que votaban por Chávez, a votar
por la opción opositora. Mientras a
nivel del sector castrense, que siguen siendo los grandes mudos cuando se trata
de expresar opiniones, existen rumores que hay más de mil oficiales sin comando
en sus casas y algunos de ellos presos; sometidos a investigaciones. Lo cual
evidencia un quiebre en el Gobierno de Maduro-Padrino López-Aissami. Quienes han
perdido popularidad, violan la Constitución y leyes, sufren la falta de
liderazgo, de aislamiento internacional, y se sostienen mediante la violencia,
represión, y la corrupción. Todo lo cual evidencia el monumental fracaso de
este Gobierno.
Por otra parte el pueblo lucha con gallardía y coraje. En
estos más de 100 días de protesta ininterrumpida se ha demostrado la bravura de
los venezolanos.
Esta protesta continuada ha llevado a que la dirección
política opositora hable de transición y
de Gobierno de Unidad Nacional.
Recientemente, puedo señalarlo, se reunieron los partidos
políticos de la MUD, la directiva de la Asamblea Nacional, así como partidos
que no integran la coalición opositora y dignos representantes de la Sociedad
Civil (Rectores de las universidades públicas y privadas, representantes de las
iglesias Católica y Evangélica; empresarios, gremios, sindicatos y Chavismo
disidente).
Las grandes crisis demandan grandes soluciones. La
prioridad del nuevo gobierno es atender de manera urgente las grandes
necesidades de salud, educación, alimentación, desempleo, inflación y
respetar la Constitución y leyes de la República.
· * Periodista
egresado de la Universidad Católica “Cecilio Acosta”
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