De la lucha armada a guardián de la Constitución
- “A las comunidades, al pueblo de abajo lo que les interesa es tener vivienda, salud, trabajo, seguridad para poder comer tres veces al día”.
Con 66 años a cuesta y una ajetreada vida que lo ha llevado a ser, guerrillero desde niño, hasta convertirse en el hombre que lucha contra el socialismo del siglo XXI; luego de sufrir cárcel, persecuciones, ser dirigente universitario, dirigente político, divorciarse después de 30 años de matrimonio, hasta que después de tanto rodar por todo lo ancho del país, viene a dar a Cumaná donde, no sólo volvió a casarse, sino que motivó la conformación de un movimiento de opinión popular denominado “Guardianes de la Constitución”.
Es el Dr. Diego García Urquiola, abogado egresado en la promoción del año 1978 de la Universidad Central de Venezuela, donde llegó a ser el presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Derecho.
García Urquiola, pequeño en estatura física, con no más de 1.51 Mts; pero con un corazón inmenso en el que no caben tantos anhelos por ver consolidado un país, donde ya no le importa que hayan ricos, sino que la gente del pueblo también pueda gozar de los beneficios de contar con buenos servicios y oportunidades para una vida digna.
Dieguito, como le decimos , a la luz de la realidad actual, confiesa sin remilgo alguno, pero así mismo sin arrepentimiento haberse equivocado al haber participado en la lucha subversiva por la instauración de un régimen revolucionario- comunista en el país.
No obstante su ideología política, Diego, quien no titubeo para el uso de las armas de guerra en acciones guerrillera, ya en el cerro de El bachillero, o en actividades urbanas efectuadas en Caracas, profesa altos valores cristianos y extraordinaria devoción por la Virgen del Valle.
¿Luego de ser un subversivo, un hombre que estuvo encarcelado por asumir la lucha armada, qué lo motivó a crear el movimiento Guardianes de la Constitución ?
“Primeramente debo decirte que uno cuando ingresa a la Universidad y ve la carga académica, la primera materia es Derecho Constitucional, luego una vez graduado de abogado y ya trabajando, codo a codo con los trabajadores, los estudiantes, con las clases populares me instale en el estado Sucre; y viendo tanta necesidad, tantas comunidades desposeídas, sentí la urgencia de acompañarlos, de enseñarles que tienen derechos, y esos derechos están en la Constitución ; de ahí que creamos el Movimiento Guardianes de la Constitución , el cual tiene como fin, propósito y razón la defensa de los derechos constitucionales, para quienes no tienen nada, para quienes no reciben los beneficio que debe arrojar la inmensa renta petrolera, que hoy en día alcanza hasta para socorrer a otros países”.
Diego se confiesa un abogado por urgencia, ya que su verdadera vocación era ser ingeniero petrolero; pero los avatares de la lucha revolucionaria a la cual se integró, al lado de Jesús María Pacheco, en el MIR desde su fundación el 9 de abril de 1960, lo condujeron a actividades que le valieron la cárcel durante el año 1964, cuando apenas había aprobado el 5to año de Técnico en petróleo en la Escuela Técnica Industrial Luis Caballero Mejías de Caracas; ETI, en la cual logro ser presidente del centro de estudiantes durante dos años consecutivos. En 1969, luego de acogerse a la política de pacificación del presidente Caldera, y de no poder retomar los estudios en petróleo, se inscribió en la Escuela de derecho de la UCV.
¿Quiénes te acompañan en este Movimiento?
“Guardianes de la Constitución es un movimiento de opinión popular, no electoral, constituido por jóvenes estudiantes, trabajadores, profesionales, dirigentes de las comunidades, empresarios, gente de la economía informal; en total somos 101 dirigentes localizados básicamente en las cabeceras de los municipios Sucre, Bolívar, Montes, Mejía, y Bermúdez”.
¿Qué actividades ejecutan, en que se basa el trabajo que despliegan?
“Nuestra lucha está centrada en los 5 artículos que hablan de los derechos a la salud, la vivienda, la educación, la recreación, el trabajo, la seguridad social y la seguridad ciudadana”.
¿No crees que sea muy superficial la tarea, como ser guardián de la Constitución sin conocerla a profundidad?
“A las comunidades, al pueblo de abajo lo que les interesa es tener vivienda, salud, trabajo, seguridad para poder comer tres veces al día…”.
Diego sube el tono de su ronca voz, descruza sus brazos, deja la posición reflexiva y de añoranzas, y centra la mirada en el entrevistador: “Al pueblo no le interesa conocer los tratados de la Constitución desde el punto de vista de los tratados internacionales o de los derechos económicos, o de las facultades del Presidente, la constitución de los poderes públicos, o como se aprueban las leyes orgánicas; a la gente que nada tiene, al pueblo sencillo lo que le interesa son las cosas que les afectan directamente. A las comunidades lo que les interesa es tener vivienda y no tienen vivienda”.
Dieguito se auto interroga y responde a sí mismo; “¿usted tiene vivienda? No tiene vivienda ¿Usted tiene trabajo fijo? No, trabaja a destajo ¿Tiene HCH? No saben que carrizo es HCM. La gente va al ambulatorio y no consigue que les resuelvan sus problemas de salud, tienen que buscar real e ir a la Cruz Roja ; y tiene que encerrarse a las 6 de la tarde…”
García Urquiola, padre de un niño y una niña de 6 y 5 años respectivamente; procreados en Cumaná con su segunda esposa, habla con tristeza, casi dolor sobre lo que considera la decadencia del Estado y la sociedad que lo conforma.
“Yo viví otra época, una época de decencia. Hoy no hay moral, hoy se promueven los antivalores”.
Diego reta a revisar las estadísticas y con profunda preocupación denuncia: “de la población naciente en el año 2011 en Sucre; más del 70% de las madres eran menores de edad… Esto es un escándalo”.
Y sentencia: “el país se está pudriendo; lo demás es mentira. Pero aún tenemos esperanzas en que este país se sobreponga, retome el rumbo del progreso y se vuelva a la decencia”.
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